Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado. Isaías 26:3.

Dedicaremos este mes a un tema que considero necesario para la vida del cristiano: su vida psicoespiritual. No pretenderé hacer un tratado de psicología; simplemente, trataremos de articular algunos conocimientos básicos y sencillos de psicología con la luz que emana de la Palabra de Dios para esta área de la experiencia humana.

Creo que esto es importante por varias razones:
En primer lugar, porque muchos creyentes sufren por problemas que tienen un origen o un gran componente de índole emocional. Si bien, como veremos más adelante, no podemos separar de manera tajante lo psíquico de lo espiritual, muchos creyentes tienen la idea reduccionista de que todos sus problemas se resuelven solo con oración, estudio de la Biblia y ejercicios espirituales, sin reconocer y tratar los aspectos de origen psicológico que pueden estar perturbándolos e incluso afectando su relación con Dios. A esto se le suma el sentimiento de culpa de creer que si tuviesen suficiente fe no padecerían ningún tipo de perturbación mental y que, por lo tanto, algo está fallando en su relación con Dios. Y, en algunos casos, aun cuando estos creyentes tienen genuina devoción, no ven solución a aquello que los perturba, y empiezan a desanimarse en su fe, cuando si acudieran a un profesional competente y adecuado de la salud mental, o a algún buen consejero, echando mano de los recursos de la sana ciencia psicológica, podrían sentir alivio y restauración mental.

Como en toda ciencia humanística, la psicología se basa, primero, en una antropología; es decir, en una concepción del hombre. Del concepto que tengamos del origen, la naturaleza y el destino del hombre se desprenderán conceptos acerca de qué es el hombre, cuáles son sus necesidades más profundas y los recursos para satisfacer esas necesidades.

A partir de mañana, reflexionaremos un poco sobre esto, pero quisiera dejarte hoy con el pensamiento y la promesa de nuestro texto de reflexión: Dios te ama, y está interesado en tu bienestar mental, y tiene recursos para darte una vida de paz, si acudes confiado a él, y echas mano de sus provisiones para lograr tu bienestar interior.

Tomado de: Lecturas devocionales para Jóvenes 2015
“El tesoro escondido” Por: Pablo Claverie






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